Como vemos, la definición comienza apelando a otra definición, algo completamente ficticio denominado "orientación sexual"; y tal cosa, realmente NO existe. Todo el fundamento de la definición se basa en esa ficción; pues lo único que existe es la normalidad o llamémosle normosexualidad y por otro lado, la anormalidad o aberrosexualidad, es decir, una sexualidad que NO es normal, NO es sana, sino patológica; y eso es la "homosexualidad", una enfermedad mental, en parte, pero también un pecado mortal contra natura y por eso se dice que es anti-natural y aberrante, y además no se le debe llamar "homosexualidad", sino que se agrupa dentro de lo que son las perversiones o sodomía. Ese es el término correcto para la "homosexualidad", sodomía. Decir lo contrario, es caer en eufemismos y seguirle el juego a los judeo-masones, que controlan los grandes medios, entre ellos, la Wikipedia.
Sigamos un poco más en el análisis y veremos algo que nos puede resultar muy interesante y jocoso:
Como vemos aquí, ellos confiesan que todo es cuestión de tiempos...Es decir, ANTES de 1973, la pomposamente denominada como "comunidad científica internacional" consideraba a la "homosexualidad" era una enfermedad, pero después de esa fecha, simplemente ya no lo considera más así. ¿Cómo es eso? ¿Qué tiene de científico esto? ¡Pues nada! y esto demuestra la farsedad de esa "comunidad científica internacional", esa misma que dice el absurdo de que el hombre viene del mono, todo evoluciona y la Tierra y el universo tienen unos supuestos miles de millones de años de antigüedad, ¡puras estupideces! Eso que ellos afirman es relativismo puro, pues se supone que los científicos deben buscar la verdad y no inventar mentiras; no importa lo que ellos declaren, las cosas son como son y la sodomía es un pecado anti-natural y aberrante, un comportamiento desordenado, patológico y adquirido. Que quede bien claro: nadie nace siendo un invertido, sino que se hace por el mal ambiente. Un sodomita es alguien que está tentado o hasta poseído por demonios y por eso actúa como actúa; es porque ha caído en pecados mortales y le ha dado la espalda a Dios, ya que Dios NO hace a los sodomitas. Esos "científicos" que afirman que la "homosexualidad es innata" son unos MENTIROSOS.
Pero la Wikipedia, manejada por pseudo-científicos y grupos de presión homosexualistas, nos quiere hacer creer que la sodomía es innata:
Las causas de esas perversiones sexuales son como he dicho, el AMBIENTE, el PECADO, dejarse llevar por demonios, que quieren devorarse las almas de las personas; NO es algo innato. La Wikipedia luego continúa diciendo mentiras y más mentiras basándose en esas premisas falsas y luego viene una sección que afirma que la homosexualidad ha estado presente en muchos períodos históricos, como que no es nada nuevo, y esto es cierto, pero lo que no es nada cierto es que, como nos quiere hacer creer la Wikipedia, la homosexualidad fue ampliamente aceptada en las sociedades antiguas. Eso es MENTIRA y ellos no tienen pruebas, para afirmar lo contrario. Los antiguos griegos y romanos, NUNCA aceptaron la homosexualidad, sino que la condenaron; basta leer documentos de la época para darse cuenta de esto.
Propaganda en oposición a la homosexualidad, que hace alusión a la conocida expresión "
salir del clóset" utilizada por los homosexuales invitando a revelar y expresar públicamente sus inclinaciones sexuales.
El
homosexualismo u
homosexualidad (del
griego,
homo "igual", y del latín,
sexualidad "calidad de sexual": "calidad de homosexual"), es un
trastorno psicológico del desarrollo de la
identidad sexual
caracterizado por el conjunto de comportamientos y prácticas basadas en
la atracción erótica hacia individuos del mismo sexo. Por ser un
trastorno psico-sexual, algunos la consideran una
perversión sexual, más propiamente una
parafilia, socialmente
inmoral y
antinatural.
El
bisexualismo o
bisexualidad es la atracción
erótica hacia ambos sexos, y por lo tanto implica una condición
homosexual, en mayor o menor grado, dependiendo del individuo.
La desclasificación oficial de la homosexualidad como trastorno
en los manuales de salud, fue resultado exclusivo de la presión política
de los
grupos activistas gay, y no como resultado de la
investigación científica[1][2].
En los últimos años la influencia de los homosexuales en la
política y en la cultura ha aumentado. Luchan constantemente, por medio
de grupos de presión, promoviendo la homosexualidad para que sea
reconocida en la sociedad como una "opción aceptable y respetable", y
como "una variante normal de la sexualidad humana". El movimiento
político gay ha influido de forma determinante en la opinión pública,
logrando la mayoría de sus objetivos tales como redefinir el concepto
legal del
matrimonio, la
adopción legal de niños y la legalización de la
pederastia.
Definición como enfermedad
Se define la
enfermedad como una alteración de la salud
[3], y la salud como el estado en que el organismo ejerce normalmente todas sus funciones
[4].
Una enfermedad sería, pues, un estado en el que el organismo no ejerce
con normalidad todas sus funciones. Teniendo en cuenta que las tres
funciones vitales de todo ser vivo son la nutrición, la relación y la
reproducción, la condición de homosexual se podría considerar una
enfermedad basada en una alteración de la última función.
Una objeción hecha desde diversos sectores del
marxismo cultural
a esta definición es que la sexualidad del individuo y su reproducción
son cosas totalmente distintas, y que, por tanto, alguien que tenga una
orientación sexual distinta a la que es propia de la especie humana no
tiene por qué ser considerado un enfermo. Asimismo, añaden que, en los
tiempos que corren, existen muchas formas de que un homosexual pueda
tener hijos sin relacionarse con una mujer. Lo primero es posible
refutarlo aferrándose a la definición de sexualidad, la cual establece
que la sexualidad es el conjunto de comportamientos y actitudes
relacionados, entre otras cosas, con la realización de la función de
reproducción
[5].
En cuanto a lo segundo, la refutación es más simple aún: el hecho de
que existan medios para suprimir los efectos de una enfermedad no quiere
decir que dicha enfermedad deje de ser tal. Un broncodilatador puede
hacer pasar los efectos del asma, pero no por ello el asma deja de ser
una enfermedad. Por la misma razón, aunque un homosexual pueda
reproducirse de diversas maneras, no por ello deja de ser un enfermo.
Estudio académico de la homosexualidad
Terminología
El término
homosexual fue acuñado en 1869 por el escritor austriaco
Karl-Maria Kertbenyen y popularizado más tarde por el psiquiatra
Richard Freiherr von Krafft-Ebing en
Psychopathia Sexualis de 1886.
Estadísticas
La mayoría de los estudios concluyen que los homosexuales representan entre un 2% y 3% de la población total
[6].
Estados Unidos
- El National Health and Social Survey de Estados Unidos concluyó que sólo el 2,8% de los hombres y el 1,4% de las mujeres creen ser homosexuales o bisexuales; esto es, del orden del 2% de la población total adulta incluyendo los bisexuales.
- Una base muy rigurosa es la encuesta del CDC de Atlanta llevada a cabo por la Oficina del Censo de los EE.UU.
para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el
Control de Enfermedades, en base a 10 mil entrevistas trimestrales. La
pregunta utilizada en este caso es si ha tenido relación con algún
hombre al menos desde 1977. El resultado se sitúa en menos del 3% como norma[6].
- Encuesta del National Opinion Research Center para el Gobierno
de Estados Unidos sobre 1.537 adultos. Sólo el 0.6% mantuvo relaciones
homosexuales permanentes[6].
- Encuesta del Instituto Alan Guttmacher para hombres de 20 a 39 años, para los que el 2,3% afirma haber tenido una experiencia homosexual y sólo el 1% con carácter exclusivo[6].
Francia
- El gobierno francés encuestó a más de 20 mil adultos con el
resultado de que el 4,1% de los hombres y el 2,6% de las mujeres había
tenido relaciones homosexuales alguna vez a lo largo de su vida, y de
sólo el 0,7% y el 0,6% para hombres y mujeres respectivamente para relaciones homosexuales exclusivamente[6].
Canadá
- Sobre 5.514 estudiantes menores de 25 años el 98% era heterosexual, el 1% bisexual y el 1% homosexual[6].
Chile
- Estudio Nacional de Comportamiento Sexual (Gobierno de Chile – Ministerio de Salud - CNS de Chile – ANRS de Francia) sobre 5.407 encuestados en el año 2000, el 0,2% declararon ser homosexuales y el 0,1% bisexuales[7].
Brasil
- Sobre un universo de 3.324 encuestados en el año 1999, el 1,4% declaró ser homosexual o bisexual[8].
Dinamarca
- Estudio aleatorio danés sobre 1.373 hombres, sólo un 2,7% tuvo una experiencia homosexual[6].
Noruega
- Estudio aleatorio entre 6.300 personas. Un 3,5% hombres y 3% mujeres contestaron que habían tenido alguna experiencia homosexual en su vida[6].
Psiquiatría
Richard von Krafft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna y a quien el propio
Sigmund Freud reconocía como su autoridad, consideró a la homosexualidad incluso como una
enfermedad degenerativa en su
Psychopatia Sexualis de 1886. Los trabajos científicos de Freud, tras la llegada del
psicoanálisis,
resultaron en una postura que consideraba patológicas, no sólo a las
prácticas, sino incluso a la mera condición homosexual. Por ejemplo, en
sus
Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (1905), Freud
incluyó la homosexualidad entre las perversiones o aberraciones sexuales
-en sus propios términos- equiparadas al
fetichismo, la
zoofilia, la
necrofilia, o las prácticas
sádicas o masoquistas.
A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de la falta
de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona
en un comportamiento previo a la madurez heterosexual. Si bien existe
una carta de Freud de 1935 (
Carta a una madre americana) que se
usa a menudo para demostrar que el médico judío cambió de opinión al
respecto de la homosexualidad, pues en ella, expresó que la
homosexualidad
"no es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad".
Psicoanalistas como
Alfred Adler y
Carl Gustav Jung,
se pronunciaron al respecto, de una manera más estricta. Los
posteriores psicoanalistas no sólo no modificaron estos juicios sino que
los acentuaron a la vez que aplicaban
tratamientos para la inclinación homosexual. Por ejemplo, en los años cuarenta del siglo XX,
Sandor Rado
afirmó que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas
del sexo opuesto, por lo que se consideró susceptible de ser tratada
como otras fobias. Ya en los años sesenta
Irving Bieber
y otros psiquiatras, partiendo del análisis derivado de la experiencia
de trabajar con un considerable número de homosexuales, afirmaron que la
homosexualidad era un
trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Por otra parte, en esa misma década
Charles Socarides
defendía la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época
pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que
se había pensado hasta entonces. La posterior relativización y negación
de esos juicios médicos procedió de científicos como el Dr.
Alfred C. Kinsey,
cuyas tesis fueron severamente criticadas por la ciencia psiquiátrica
desde entonces. Los estudios de Kinsey alimentaron la revolución sexual y
50 años más tarde, la sexualidad del "todo está permitido" ha penetrado
en todas las instituciones del mundo.
Causas
Existen diversas hipótesis sobre los orígenes de la homosexualidad.
Las más contempladas bien se pueden clasificar dentro de dos conjuntos
de factores: los endógenos y los exógenos. Los endógenos o innatos son
aquellos que engloban aquellos factores genéticos, biológicos,
neurológicos, por disfunciones hormonales innatas, etc. Los exógenos o
adquiridos se identifican con aquellos factores psicológicos,
ambientales, que incluirían las experiencias durante el desarrollo en la
infancia, la influencia y relación con los padres, etc., pero también
la presencia de desproporcionados niveles de estrógenos (hormonas
femeninas) en los alimentos y el ambiente.
Factores innatos
Muchos simpatizantes de la causa gay han querido defender una causa
genética de la homosexualidad pensando que así podría validarse una idea
que últimamente ha ido extendiéndose gradualmente, aún fuera de
círculos no homosexuales, que argumenta que si la homosexualidad es
innata y no adquirida, entonces ésta no es susceptible de ser cambiada, y
que siendo así sería una conducta natural del ser humano, por lo que se
acabaría definitivamente con su consideración como una patología,
trastorno o desorden. Los homosexuales usan frecuentemente esta idea de
la supuesta predisposición genética como una excusa para justificar su
comportamiento. Sin embargo, aún cuando la homosexualidad fuese
determinada genéticamente, también son condiciones genéticas el
síndrome de Down o el
daltonismo,
y no por ello significa que no son patologías, mismas que además, como
la homosexualidad, responden a una incidencia estadística similar. Más o
menos hace veinte años en los Estados Unidos se hablaba del "gen gay", o
del "cerebro gay", pero en realidad, ningún estudio ha demostrado tales
conceptos.
Los estudios más difundidos acerca de un posible factor genético de la homosexualidad, son los efectuados por
Simon Le Vay, en 1991, y
Dean Hamer, en 1993, sin embargo, ninguno de estos estudios han podido ser reproducidos satisfactoriamente
[9] y hasta ahora no existe evidencia sobre un supuesto "gen gay". Especialistas en sexualidad humana como
William Masters y
Virginia Eshelman Johnson, sostienen desde mucho antes que la teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada.
[10]
Numerosos autores que han revisado cuidadosamente todas las
publicaciones que intentan validar la predisposición genética de la
homosexualidad, han descubierto que no sólo no demuestran una base
genética para la atracción homosexual, sino que, partiendo de sus
propios prejuicios e intereses personales, ni siquiera pretenden obtener
evidencia científica para tal afirmación
[11].
Los estudios al respecto están extremadamente defectuosos, inconclusos y
parcializados pues por lo regular quienes hacen esas investigaciones
son científicos homosexuales.
Neil Whitehead, un doctor en bioquímica, afirmó:
"la homosexualidad no es innata, no es dictada genéticamente, no es inmutable."
Simon Le Vay y el "cerebro gay"
El científico homosexual y dirigente del movimiento gay de
California, Dr. Simon Le Vay, llevó a cabo su estudio sobre cerebros de
varones homosexuales fallecidos por
SIDA. Su estudio se centró en un grupo de células del hipotálamo, conocidas como INAH-3. Le Vay alegó haber encontrado
"sutiles, pero significativas diferencias" entre las estructuras cerebrales de hombres homosexuales y heterosexuales. Concluyó el resumen de su estudio diciendo:
"Este descubrimiento... sugiere que la orientación sexual tiene un substrato biológico".
En 1991 la revista
Science publicó un artículo reportando sus supuestos hallazgos
[12].
Según el reporte, el Dr. Le Vay había examinado una muestra de
cadáveres entre los cuales la mayoría pertenecían a personas
homosexuales y había encontrado una diferencia significativa entre los
cerebros de los homosexuales y los cerebros de los supuestos
heterosexuales. La prensa tomó este nuevo descubrimiento y lo publicó a
todo lo largo y lo ancho de
EE.UU.
Pero desde la publicación del supuesto hallazgo, ese estudio permaneció
bajo el rigor de severas críticas, de hecho todo el estudio era muy
defectuoso. Primero, el grupo de cadáveres que el Dr. Le Vay usó para su
estudio fue muy limitado, pues constituyó de solamente 40 cadáveres.
Segundo, los 24 cadáveres de homosexuales conocidos que fueron
examinados murieron de SIDA, o más bien de complicaciones relacionadas, y
se sabe que el cerebro de un individuo infectado puede sufrir cambios
drásticos. El cerebro de víctimas del SIDA puede reducirse en tamaño;
sus cavidades internas, llamadas ventrículos, se expanden y porciones de
la corteza cerebral se consumen
[13].
Aunque se pueden elaborar tratamientos que detengan la infección viral y
permitan que el sistema inmunológico se recupere, es muy probable que
los daños al cerebro sean permanentes
[14].
Los 16 cadáveres restantes, según el estudio, eran de heterosexuales.
Sólo se presume que lo eran, pero nadie pudo asegurar si lo eran o no.
Mientras que la mayoría de los homosexuales y la prensa alaban el
descubrimiento del Dr. Le Vay, algunos homosexuales incluso tuvieron
dudas en cuanto al método defectuoso que se usó en dicho estudio.
Michael Botkin, un famoso escritor homosexual escribe:
"Un control tan descuidado como el del Dr. Le Vay, invalida por sí mismo el estudio".
Por ello, en 1993, Le Vay trató de minimizar o justificar su
error escribiendo que no intentaba probar la predisposición de la
homosexualidad, evadiendo en parte los errores metodológicos de su
defectuoso estudio:
Para muchas
personas, encontrar una diferencia en la estructura cerebral entre
hombres homosexuales y heterosexuales equivale a probar que los
homosexuales "nacieron así". Una y otra vez he sido definido como
alguien que "probó que la homosexualidad es genética", o algo así. No lo
hice. Mis observaciones fueron hechas sólo en adultos que fueron
sexualmente activos por un período considerable de tiempo. No es
posible, sólo con base en mis observaciones, decir si las diferencias
estructurales estaban presentes al nacer y más tarde, influenciaron a
los hombres a hacerse homosexuales; o si eso apareció en su vida adulta,
quizá como resultado de su conducta sexual.
Michael Bailey y Richard Pillard
El Estudio de Michael Bailey y Richard Pillard
[15]
se centró en mellizos. Si la homosexualidad estuviese determinada
genéticamente, entonces uno podría esperar que un par de gemelos
idénticos sean idénticos también en sus atracciones sexuales. Sin
embargo, Bailey y Pillard no pudieron establecer esto. Su estudio probó
que, cuando un gemelo era homosexual, había aproximadamente una
probabilidad de 50/50 de que el otro gemelo fuese también homosexual. No
obstante, esta probabilidad 50/50 es más bien atribuible a la
influencia de la cultura circundante y del otro gemelo. Como el Dr. Dean
Byrd señala:
"El único punto esencial que emerge de la investigación
de Bailey y Pillard realmente probó que las influencias ambientales
juegan un fuerte papel en el desarrollo de la homosexualidad."
Dean Hamer y el "gen gay"
Otro estudio que atrajo la atención nacional fue el del Dr.
Dean Hamer, un científico del
Instituto Nacional de la Salud. Él afirmó que una región en el
cromosoma
X, la sección Xq28, estaba relacionada, en algunos casos, a la
homosexualidad. Después de analizar esta secuencia de ADN en cuarenta
pares de hermanos homosexuales, concluyó que los mismos marcadores
genéticos existían en el 83% de ellos. Sin embargo, cuando se hizo ese
mismo estudio con lesbianas, el supuesto eslabón genético no se
encontró. La obra del Dr. Hamer está ahora bajo una investigación
conducida por la
Oficina Federal de Integridad
porque sus asistentes señalan que el Dr. Hamer alteró intencionalmente
la información, para acomodarla convenientemente a su conclusión final.
Otros afirman que los hallazgos de Hamer fueron simplemente mal
interpretados, y por eso fueron presentados como una prueba de que la
homosexualidad es genética y hereditaria. Sin embargo, como el mismo Dr.
Hamer afirmó:
La herencia no
produjo lo que originalmente esperábamos encontrar: una simple herencia
mendeliana. De hecho, nunca encontramos una sola familia en la cual la
homosexualidad hubiese sido transmitida según el obvio modelo que Mendel observó en sus plantas de guisantes.
El Dr.
George Rice realizó de nuevo la investigación del Dr. Hamer, pero con diferentes resultados. Esto llevó al Dr. Rice a concluir:
"Nuestros datos no apoyan la presencia de un gen de amplio efecto que influencie la orientación sexual en la posición Xq28."
El Dr.
Joseph Nicolosi de la
Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad (
NARTH),
y quien ha trabajado con más de 200 homosexuales, comenta con la prensa
sobre lo poco que se ha logrado en esta búsqueda del "gen gay". Afirma
que lo que los homosexuales están buscando es una prueba biológica que
los identifique a ellos como "una población diferente o especial". De
ahí que ellos se aferren a cualquier evidencia que los favorezca en ese
sentido por más fragmentada que ésta sea, con tal de poder decir:
"Nacimos Así".
Factores adquiridos
Actualmente, la mayoría de los autores se inclinan a favor de la interacción de una variedad de factores externos, y ambientales
[16], pero no se ha descartado totalmente la posible influencia de ciertos factores internos como los neurológicos.
Estrogenización ambiental
Un gran número de sustancias químicas artificiales que se han vertido
al medio ambiente, así como algunas naturales, tienen potencial para
perturbar el sistema endocrino de los animales, incluidos los seres
humanos y tienen serios efectos en la configuración sexual del feto de
los animales y en el comportamiento sexual de los adultos. Entre ellas
se encuentran las sustancias persistentes, bioacumulativas y
organohalógenas que incluyen algunos plaguicidas (fungicidas, herbicidas
e insecticidas) y las sustancias químicas industriales, otros productos
sintéticos derivados del petróleo y algunos metales pesados.
Las hormonas son los mensajeros biológicos más potentes que
existen, por lo que incluso cantidades minúsculas pueden afectar
considerablemente el comportamiento. Los estudios han demostrado que
existen grandes niveles de estrógenos (hormonas femeninas) en diversos
medios, debido a la contaminación. Algunas sustancias naturales que
contienen variables niveles de estrógenos son el alcohol, la leche, el
tabaco, comida chatarra y productos de soya. Un tipo especial de
estrógenos que se han incrementado son los xenoestrógenos (estrógenos
sintéticos, a diferencia de los arquiestrógenos que son estrógenos
naturales), y se hallan en productos artificiales, como el plástico
[17],
introducidos en el mundo por empresas químicas, agrarias e industriales
en los últimos 70 años. Se puede encontrar estrogenización en el
recubrimiento interior de latas y de botellas, los aditivos en la comida
procesada, el olor que despiden los materiales del interior de un
coche, los aires acondicionados, las sustancias químicas vertidas en el
agua y la infinita gama de plásticos que nos rodea
[18]. Los xenoestrógenos se encuadran en los llamados Disruptores Endocrinos
[19][20][21][22]
(también llamados "estafadores químicos"), sustancias artificiales que
pululan por el ambiente e imitan los efectos de los estrógenos
naturales, actuando como potentes mensajeros hormonales y propiciando
cambios importantes en personas y animales (especialmente peces y
anfibios)
[23][24] e influyen, entre otras cosas, en la diferenciación sexual.
[25]
Por ello, además de las diversas consecuencias que tiene la
estrogenización ambiental, tales como la infertilidad, el incremento en
los casos de cáncer de mama, o retraso de la pubertad en varones y
adelanto de la pubertad en las niñas
[26], también trae como consecuencia un incremento en el homosexualismo de los varones así como en su feminización física
[27]
y psicológica, que se traduce en cambios como tener las caderas más
anchas que los hombros, cinturas anchas y vientres prominentes, sin
contar el aumento de casos de malformación genital, ambigüedad sexual,
micropenes y, sobre todo, hombres que no se sienten hombres ni se
identifican con el papel masculino. La diferencia entre las mujeres
estrogenadas y los hombres estrogenados es que las primeras son (en
teoría) "más mujeres" y están más fuertemente sexuadas, mientras que los
segundos son "menos hombres".
[28]
Estos efectos de la estrogenización son acumulativos y
degenerativos, así las generaciones que hayan estado expuestas más
tiempo a la contaminación hormonal tenderán a producir individuos con
mayor daño hormonal. Esto podría dar la impresión de que las condiciones
homosexuales son "innatas" ya que los niños nacen ya con un daño
hormonal, pero lo cierto es que no dejan de ser adquiridas, debido a la
exposición a los altos niveles de estrógenos en el medio ambiente.
Experiencias durante la infancia
En particular también se ha observado que el abuso sexual en la
infancia tiene un importante papel para el desarrollo de la
homosexualidad.
El 46% de los hombres homosexuales y el 22% de las mujeres
homosexuales fueron abusados sexualmente en su infancia por una persona
del mismo sexo. En cambio, entre la población heterosexual sólo un 7% de
los hombres y un 1% de las mujeres sufrió acoso o abusos sexuales en su
infancia por una persona del mismo sexo.
[29]
David Finkelhor, experto en abuso sexual infantil, dice que
"los
chicos que fueron abusados sexualmente por hombres mayores tuvieron, al
crecer, cuatro veces más posibilidades de implicarse en actividad
homosexual que los que no fueron víctimas. Más aún, los adolescentes a
menudo relacionaban su homosexualidad con sus experiencias de abuso
sexual".
[29]
El Dr. Joseph Nicolosi sostiene que las causas de la
homosexualidad se remontan a la auto-percepción del niño o de la niña en
la primera infancia. El niño, según Nicolosi, necesita de una relación
con su padre para desarrollar su substancial identidad masculina, la
niña necesita de una unión emotiva o relación con su madre para
desarrollar su feminidad. Es el sentido del género que determina la
orientación sexual; en otras palabras, cuando un chico se siente seguro
de su masculinidad, se siente naturalmente atraído por las mujeres. Y la
misma cosa es verdad para las mujeres: cuando una joven se siente
segura de su identidad femenina, se sentirá naturalmente atraída por los
chicos. El homosexual es una persona que carece tanto del sentido de
género, como de identidad sexual, y por ello trata de remediar, o busca
un remedio a través de otras personas. Esta inclinación se hace
sexualizada, y es por ello que manifiestan el síntoma de la
homosexualidad.
De hecho los activistas gay en los Estados Unidos ya no hablan
tanto de bases biológicas o genéticas, porque ningún estudio lo ha
demostrado ni ha ofrecido tal confirmación. Son mucho más evidentes las
causas familiares y ambientales, especialmente aquélla que llamamos la
clásica relación triádica
constituida por el chico con un padre distanciado y crítico, por una
madre involucrada, sobreprotectora y a veces dominante, y por un chico
constitucionalmente sensible, introvertido y refinado que está expuesto a
un riesgo mayor de sentirse falto en la identidad sexual, (incluso los
casos de violaciones) este esquema se percibe continuamente.
Biología
Desde el punto de vista biológico, la especie humana se encuentra entre las que se reproducen únicamente de manera
heterosexual, es decir entre personas de distinto sexo. La
homosexualidad
por el contrario, es incapaz de engendrar vida y no tiene ningún
propósito biológico definido, aunque se ha pensado que su función
principal podría ser la de contrarrestar la sobrepoblación. Sea esto
último cierto o no, la homosexualidad no es normal en términos de orden
natural. La normalidad, dice el Dr. Joseph Nicolosi, es
"aquello que cumple una función conforme a la propia naturaleza"; y esto es el concepto de
orden natural. Los sexos iguales son incompatibles por condiciones intrínsecas y naturales; en razón de la
anatomía y la
fisiología, por lo que los sexos iguales no fueron 'diseñados' para su mutua unión.
Consecuencias médicas de la actividad homosexual
Además de responder a un desorden del desarrollo psicosexual, la
homosexualidad, en especial la masculina, cumple con los parámetros
requeridos para clasificarla como un
síndrome,
entendiendo éste como el conjunto de síntomas de claras consecuencias
físicas y que caracterizan a una enfermedad en particular.
Profesionales de la salud como el Dr.
Edward R. Fields y la Dra.
Kathleen Melonakos[30] han profundizado en esta cuestión.
Las consecuencias médicas, enfermedades y daños físicos a los que
los homosexuales activos son vulnerables pueden ser clasificados,
resumidamente, como sigue:
- Enfermedades de Transmisión Sexual
El 78% de los homosexuales contrae enfermedades transmitidas sexualmente, tales como VIH-SIDA, gonorrea, infecciones de
Clamidia de tracoma,
sífilis,
herpes simplex, verrugas genitales, piojos púbicos, sarna, etc.
El
sida,
no es como tal una enfermedad de homosexuales, sino una enfermedad de
la promiscuidad, pero puesto que los homosexuales son mucho más
promiscuos que los heterosexuales, el sida en sus inicios llegó a
convertirse en una pandemia a través de las actividades homosexuales y a
partir de ellas se fue extendiendo a otros sectores de la población. De
hecho, de no haber sido por la creciente actividad homosexual, este
padecimiento no se habría expandido por
América y
Europa.
La actividad de los homosexuales es la única razón de que en
1992, el 83% del total de casos de SIDA en los Estados Unidos se daba
entre los varones homosexuales y bisexuales. Los varones bisexuales son
el principal medio de transmisión de esta enfermedad a la comunidad
heterosexual, a través de una normal actividad heterosexual con una
desafortunada pareja que, más tarde podrá, a su vez, contagiar esa plaga
a su prole o a otros hombres.
De acuerdo con los Centros para el Control de la Enfermedad
(CDC), los hombres homosexuales tienen entre 500 y mil veces más
probabilidades de contraer el SIDA que la población heterosexual en
general.
El Dr.
Jeffrey Satinover informa de que el 30% de todos los hombres homosexuales de 20 años de edad serán
VIH o estarán muertos a más tardar a la edad de 30 años.
[31]
Podría pensarse que el enfoque ético sería: "Utilicemos cualquier cosa
que funcione para intentar sacar a esta gente de su posición de riesgo.
Si ello significa hacer que se pongan el preservativo, bien. Si
significa hacer que dejen el contacto sexual anal, bien. Si significa
hacer que dejen la homosexualidad, bien". Pero esta última intervención
es la única que es absolutamente tabú.
El hecho de que la APA haya eludido la responsabilidad por su
carencia de integridad científica y profesional es especialmente
increíble debido a la llegada de la epidemia del SIDA. En Estados Unidos
actualmente se estiman unas 900.000 personas que están infectados con
el virus del VIH, esto es, 1 de cada 300 americanos. Aunque ha habido un
decrecimiento por año en las muertes por SIDA debido a la terapia de
drogas, (terapia que cuesta un promedio de $12.000.00 por paciente al
año), el índice de nuevos infectados por año ha permanecido el mismo,
unas 40.000 personas, a pesar de veinte años de campaña de "Sexo
Seguro".
Estos hechos demuestran el fracaso de políticas actuales para
contener la epidemia del SIDA. Mientras que la terapia de las drogas
prolongará brevemente la vida de estos pacientes, el SIDA permanece como
la causa quinta de mortalidad entre las personas de edades entre los 25
y 44 años, y el 60% de los nuevos casos es contraído por hombres que
han mantenido relaciones homosexuales.
La
Enfermedad del Intestino Gay o
Síndrome Intestinal Gay, es una infección crónica de variados parásitos intestinales que incluyen especies como
Staphilococus aureus,
Shigella,
Campylobacter de yeyuno,
Salmonella,
Entamoeba histolytica,
Giardia lamblia, Hepatitis A, B, C, D y citomegalovirus. También proctitis y proctocolitis causadas por virus herpes simplex, gonococo,
Chlamydia trachomatis y
Treponema pallidum.
[32]
Según el Departamento de Sanidad Pública de San Francisco, entre
el 70 y el 80% de los 75.000 casos de hepatitis registrados en esa
ciudad se dan entre los homosexuales. Éstos son portadores de esa
enfermedad en el 29% de los casos en Denver, del 66% en Nueva York, del
56% en Toronto, del 42% en Montreal y del 26% en Melbourne. El virus de
la
hepatitis A puede propagarse a través del agua o de alimentos contaminados y se transmite con facilidad en los colegios. La
hepatitis C se transmite por vía sanguínea y sexual.
La hepatitis, la tuberculosis y los parásitos intestinales pueden
ser contraídos a través de la saliva de personas infectadas que laboren
en restaurantes o que manejen alimentos o, incluso, que se hallen a
proximidad de los mismos. Dependiendo de la ciudad, entre un 39% y un
59% de homosexuales han sido infectados con parásitos intestinales tales
como lombrices, gusanos y amebas.
- Traumas relacionados con el contacto anal
El sexo anal es practicado por el 90% de los homosexuales y dos
tercios participan regularmente según un estudio de Corey y Holmes. El
grupo estudiado tuvo un porcentaje de 110 diferentes participantes
sexuales y 68 "relaciones" rectales anuales.
Las probables consecuencias son: Incontinencia fecal,
hemorroides, fisura anal, cuerpos extraños alojados en el recto,
desgarros rectosigmoideos, proctitis alérgica, edema penil, sinusitis
química, quemaduras de nitrito inhalado, etc.
El ano y el recto son órganos que tienen la función única y
exclusiva de excretar los desechos digestivos del cuerpo. No poseen
producción propia de lubricantes, necesaria para facilitar una
penetración; su mucosa es sumamente delicada y sus vasos sanguíneos
pueden desgarrarse fácilmente provocando el sangrado.
- Enfermedades psicológicas.
Los homosexuales tienen mayor riesgo de padecer enfermedades mentales
tales como depresión y tendencias suicidas, ansiedad, trastornos de la
conducta, alcoholismo,
drogadicción y violencia.
[33] De hecho hay mucha más violencia dentro de la comunidad en sí misma que la originada desde fuera de ella.
Los homosexuales, hombres y mujeres, tienen una probabilidad 14
veces más alta que los heterosexuales de cometer intento de suicidio.
[34] De acuerdo a la
"Canadian Rainbow health coalition (CHRC)" los homosexuales tienen una probabilidad 3 veces más alta que los heterosexuales de lograr su cometido al intentar suicidarse.
El alcoholismo afecta entre el 20% y el 30% de la población
homosexual. El 35% de las lesbianas tiene un historial de exceso de
bebida, compárese con el 5% de mujeres heterosexuales. Además,
aproximadamente un 30% de homosexuales y lesbianas son adictos a las
drogas.
[35].
Un estudio realizado por la
Universidad de California (UCLA) en cerca de 2000 residentes del área de
California,
muestra que la población homosexual tiene mayor riesgo que los
heterosexuales en el consumo y abuso de sustancias adictivas. Se
encontró que en un año el 48.5% de homosexuales acudieron a clínicas de
desintoxicación en contraste al 22.5% de heterosexuales.
Tratamiento
A quienes padecen este trastorno psicológico y desean eliminar o
disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales, se les recomienda
realizar una
terapia de reorientación sexual,
también conocida como terapia reparativa. Muchas personas que sufren
angustia debido a este problema están bajo tratamiento psiquiátrico
logrando mejores resultados cuanto mayor sea la voluntad de la persona
para salir de esa situación y menor la trayectoria del paciente en el
mundo homosexual
[2].
Activismo gay
La
Bandera "LGBT" o "Bandera del arcoiris", es el símbolo del
homosexualismo activista y político que busca trastocar los fundamentos
básicos de la sociedad a favor de una minoría que apologiza una serie de
trastornos psicosexuales y reclama para ella supuestos derechos de
igualdad en detrimento de la mayoría.
Terminología
Al decir del Dr. Nicolosi, es importante y esencial hacer la distinción entre ser
gay y ser
homosexual.
La palabra
"gay" es un eufemismo que proviene del inglés:
"alegre"; "divertido". No es un término científico con el cual se puede
identificar el fenómeno. Los homosexuales comenzaron a usar esta palabra
ya que consideraban que el término
homosexual contenía el
"estigma" de un diagnóstico médico hacia esta conducta y que, por lo
tanto, "era despectivo". Y si bien aunque existan antecedentes de su uso
como un término peyorativo, homosexual, es en realidad un término
científico neutral usado para designar a las personas que se sienten
atraídas sexualmente hacia miembros del mismo sexo.
Pero la palabra
"gay", además, indica por sí misma una
identidad sociopolítica. En otras palabras, todos los gays son
homosexuales, pero no todos los homosexuales son gays.
Otro posible eufemismo ya demasiado extendido y mismo que no se pretende desvirtuar, es el propio término
homosexualidad,
pero que se observa como un intento de hacer entender la conducta
homosexual como una supuesta variación de la sexualidad humana, en
contraposición al término
homosexualismo, que la
Real Academia Española ya no contempla a pesar de su uso y de su mayor adecuación al fenómeno.
Desclasificación de la homosexualidad como trastorno
En 1973, la
Asociación Norteamericana de Psiquiatría
(APA por sus siglas en inglés) eliminó la homosexualidad de la lista de
enfermedades y trastornos mentales contemplados en el DSM-III
(Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders)
[36].
Esta decisión se estableció oficialmente por una mayoría de apenas del
58% de los miembros generales de la APA en 1974, quienes decidieron
sustituir ese diagnóstico por la categoría eufemística de
"perturbaciones en la orientación sexual", que se sustituiría más tarde,
en la tercera edición (el DSM-III), por el término
homosexualidad egodistónica,
que a su vez se eliminaría de la revisión de esa misma edición
(DSM-III-R) en 1986. La APA clasifica ahora el persistente e intenso
malestar sobre la homosexualidad propia como uno de los "trastornos
sexuales no especificados".
[37]
Dos años más tarde la
Asociación Norteamericana de Psicología
adoptó una resolución apoyando esa decisión. Durante más de 25 años
ambas asociaciones han exhortado a los profesionales de sus respectivas
disciplinas a que intenten eliminar "el estigma que vincula la
orientación sexual con trastorno mental". El 17 de mayo de 1990, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la homosexualidad del Código Internacional de Enfermedades.
Para entender el fenómeno político gay, tenemos que remontarnos a
los hechos que precedieron a la desclasificación oficial de la
homosexualidad como trastorno en 1973.
El primero sucedió en 1970, en el que miembros de la
Gay Liberation Front interrumpieron una conferencia de la APA en
San Francisco,
acallando a los ponentes con sus gritos, amenazando a doctores,
riéndose de los psiquiatras que veían la homosexualidad como una
enfermedad y utilizando otras tácticas de presión para conseguir su
propósito en aquel momento. Entre los psiquiatras participantes se
encontraba Irving Bieber, quien realizaba un discurso sobre el tema
cuando el grupo de militantes gays irrumpió en el recinto para oponerse a
su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su
exposición, uno de los activistas le gritó:
"¡He leído tu libro, Dr.
Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de
los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías!". Estos activistas a su vez se basaban en los pseudoestudios, entre otros, de
Alfred C. Kinsey y de
Evelyn Hooker.
El segundo de los incidentes, ocurrió el 3 de mayo de 1971,
cuando un grupo de activistas gay irrumpió de nuevo en la reunión anual
de la APA. El dirigente de los activistas se apoderó del micrófono y
afirmó que los psiquiatras no tenían ningún derecho a discutir el tema
de la homosexualidad y añadió:
"podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros". Según refiere
Ronald Bayer,
conocido simpatizante de la causa gay, los gays usaron credenciales
falsas para atiborrar el lugar y amenazaron a los que estaban a cargo de
la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo
el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación
se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que
defendieron la homosexualidad como "un estilo de vida" y atacaron a la
psiquiatría como
"el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea".
[38]
También
Ronald Gold,
de la 'Alianza del Activismo Gay', hombre abiertamente gay, era miembro
del comité para suprimir la homosexualidad como diagnóstico en 1973, lo
que demuestra la poca credibilidad en la imparcialidad de esa decisión.
También destacan activistas homosexuales políticamente motivados, como
el Dr.
Richard Isay[39]
de la APA, quien presionó para conseguir resoluciones que castiguen a
los terapeutas que lleven a cabo la terapia reparativa. Otro activista
homosexual,
Clinton Anderson, director de la
Oficina de Asuntos Lésbicos, Gay y Bisexuales de la Asociación Psicológica Americana
[40],
no permite que la NARTH entable un debate público o anunciar los
encuentros de la NARTH en las publicaciones de la APA debido a que ésta
no está de acuerdo con las premisas sobre las que se basa la terapia
reparativa.
[41] Los activistas de la APA también evitan el debate sobre el nuevo estudio del psiquiatra
Robert Spitzer en el que cambia de opinión y afirma que la orientación sexual se puede modificar.
[42]
El fundamento que daba antes Spitzer para suprimir la
homosexualidad como diagnóstico en 1973 era que, para ser considerada un
trastorno psiquiátrico, "debe producir con regularidad angustia
subjetiva o asociarse con frecuencia con algún deterioro en la
efectividad o en el funcionamiento social". Como otras condiciones
sexuales que sí están clasificadas dentro de la lista de trastornos, la
homosexualidad en sí misma no posee estos requerimientos para ser
considerada un trastorno psiquiátrico, debido a que muchas personas
están bastante satisfechas con su orientación sexual y demuestran no
tener deterioro generalizado en la efectividad o en el funcionamiento
social.
[43]
Sin embargo, este argumento sólo considera el hecho de que "muchos
homosexuales estén satisfechos con su orientación sexual",
(homosexualidad egosintónica) pero no considera al gran número de
homosexuales que no lo están y que experimentan regularmente "angustia
subjetiva y deterioro generalizado en el funcionamiento social"
(homosexualidad egodistónica). Por lo tanto, la supresión del
diagnóstico es desfavorable para aquellos que desean buscar tratamiento
para su condición.
La protesta del Dr.
Dean Byrd expresando su disconformidad, exhorta a los especialistas de la salud:
"ya es hora de que los americanos insistamos en la verdad, no en la política, de todas nuestras organizaciones profesionales".
En
España, una reconocida autoridad en el tema, el catedrático de psicopatología de la Universidad Complutense
Aquilino Polaino también se ha expresado en contra de la desclasificación de la homosexualidad como una enfermedad mental.
Hay que abordar el
estudio del comportamiento homosexual con lo que hoy tenemos de
conocimiento en el ámbito de la ciencia, la psicología y de la
psiquiatría. Y con esa perspectiva se ha cometido un enorme error al
desclasificar los trastornos de la identidad sexual o comportamiento
homosexual por varias asociaciones científicas. ¿Por qué? Porque todavía
hay una demanda cada día más alta de las personas que van a los
profesionales pidiendo ayuda, y si piden ayuda es porque lo están
pasando mal (...) En España, en la actualidad hay muchísimas personas
que han pasado por esa mala identidad sexual o por una cierta práctica
de conducta homosexual y ahora están en tratamiento. Por tanto yo creo
que hay que admitir que hay una patología fundamentalmente al principio
de la afectividad y secundariamente de la conducta sexual.
Entrevista al Dr. Aquilino Polaino-Lorente
[2]
En 2005 el
Partido Popular le citó a declarar como experto ante el parlamento español que debatía la legalización del
Matrimonio homosexual.
La farsa del Estudio Kinsey
Los estudios realizados por
Kinsey en 1948
[44]
afirmaron que, analizados tanto comportamiento como identidad, la
mayor parte de la población parecía tener alguna tendencia bisexual,
aunque comúnmente se prefiere un sexo u otro. Según Kinsey, sólo una
minoría del 10% de la población sería completamente heterosexual o
completamente homosexual. Sin embargo, el Dr. Kinsey fue desacreditado
nada más y nada menos que por el
Instituto Kinsey, instituto que él mismo fundó.
John Bencroff, director del instituto, nos revela que el Dr. Kinsey basó sus estadísticas en el diario de un
pedófilo
quien había anotado sus experiencias sexuales con 317 adolescentes.
Bencroff dice que Kinsey dio la impresión de que su información provenía
de tres o cuatro hombres, cuando en realidad su información provenía de
un solo hombre. Vemos entonces que, tanto su punto de partida como de
llegada, estos pseudo-estudios son los propios de una persona motivada
políticamente y no los de un investigador que busca la verdad.
Probablemente la población homosexual de Estados Unidos solo esté
entre 1% y 3%. Según un estudio hecho por el Instituto Kinsey en 1970,
solamente un 1.4% de la población estadounidense se involucra en una
relación homosexual después de los 20 años de edad. Esto es consistente
con una encuesta hecha en 1989 que probó que menos del 1% de los adultos
estadounidenses se involucra en una relación sexual con alguien del
mismo sexo.
Estudios posteriores han demostrado que el informe de Kinsey
había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la población y que
sus experimentos fueron arbitrarios al tomar como muestra estadística a
poblaciones de prisioneros de las cárceles, los cuales algunos habían
desarrollado comportamientos homosexuales. Estos estudios críticos
concluyeron además e independientemente los siguientes porcentajes de
homosexualidad en la población:
- 1.4% Instituto Kinsey (1970)
- 1-2% Irving Bieber (en los 1970)
- 2-3% William Simon (1974)
- 2-3% Hunt (1974)
- 1% Smith (Encuesta Nacional - 1989)
- 1.6-2% Turner, Faye, Klassen, Cagnon (1989)
- 1.6% NORC- University of Chicago, (Encuesta Nacional -1990)
Si se toma en consideración un probable 1% por aquellos homosexuales
que no se han declarado como tales, el resultado en promedio sería de
2.5% aproximadamente. La mayoría de los investigadores están de acuerdo
con que el 2.5% de la población puede ser homosexual.
Estadísticamente, la homosexualidad es de una mucha menor incidencia que la heterosexualidad.
Teorías pseudocientíficas
La "teoría" de la existencia de varios géneros
Una de las últimas "teorías" enunciadas para explicar la homosexualidad se basa presuntamente en el llamado
darwinismo social. Propuesta por la profesora de biología de la Universidad de Stanford,
Joan Roughgarden[45] , esta "teoría" se opone a la
selección natural y la
selección sexual de
Charles Darwin
y niega la constitución natural de la sexualidad en dos sexos o
géneros, uno masculino y otro femenino. Toma como ejemplos especies del
reino animal y grupos de culturas distintas de la occidental, y alega
que
"la naturaleza y las diferentes sociedades ofrecen soluciones sorprendentes a la sexualidad",
da como ejemplos a peces con varios tipos diferentes de machos o cuyos
componentes cambian de sexo en caso de necesidad; mamíferos que tienen a
la vez órganos reproductores masculinos y femeninos (hermafroditas),
etc. En el caso de la biología humana, afirma que la existencia de
homosexuales, transexuales y hermafroditas no es más que
"una variación natural que se integra perfectamente en la diversidad mostrada por los demás animales".
La expresión social de esta diversidad se encontraría supuestamente en
sociedades como la de los indios norteamericanos, los mahu polinesios,
los hijra indios o los
eunucos, a los que identifica con personas "transgénero".
Sin embargo, algunos animales que cambian de sexo, como ciertas
especies de ranas y peces, lo hacen de forma natural y bajo ciertas
condiciones extremas, como cuando en la población existe mayor cantidad
de hembras que de machos, por lo cual las hembras necesitan compensar
ese desequilibrio, cambiando totalmente su estructura reproductiva para
poder aparearse y con el único propósito de reproducirse. Los
transexuales no son en absoluto una variación de este tipo, porque no
cumplen dos razones fundamentales:
- El aparente "cambio de sexo" de humanos "transexuales" se hace
artificialmente bajo procedimientos quirúrgicos y tratamientos
hormonales.
- Este "cambio de sexo" se realiza con cualquier propósito imaginable a excepción del de reproducirse.
Un artículo publicado por el laboratorio de Roughgarden en la revista
Science, fue fuertemente criticado. Cuarenta científicos escribieron diez cartas y uno de ellos llegó a decir que era
"ciencia de muy mala calidad y de pobre erudición".
Teoría Queer
Los activistas gay han fabricado una ideología sexual denominada como
"teoría queer", que actualmente es promovida como una explicación
científica de la sexualidad humana. Ésta plantea la idea de que todas
las orientaciones sexuales (tanto heterosexualidad como homosexualidad) y
la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una
"construcción social" y que, por lo tanto, no existirían
"papeles
sexuales biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas
socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales".
De este modo, tanto la atracción hombre-mujer, masculino-femenino
y la identidad sexual, así como los roles de género adoptados por la
especie humana desde la prehistoria -como el papel de proveedor por
parte del padre y el cuidado del hogar y la familia por parte de la
madre- serían fenómenos artificiales creados arbitrariamente por la
sociedad y la cultura sin ninguna base funcional evolutiva, negando así
cualquier relación con la naturaleza sexuada manifiesta en el reino
animal en general, y particularmente en los mamíferos.
Esta "teoría", aunque desplaza a la homosexualidad fuera de lo
estrictamente natural, también lo hace con la heterosexualidad,
convirtiendo a cada una en un fenómeno equivalente. Pero además, esto
supone el intento de establecer que la biología no tiene nada que ver
con la manera en que un sexo se siente atraído hacia el otro,
obedeciendo al instinto sexual que es fundamental para la procreación y
la supervivencia de la especie.
Homosexualidad y estado civil
Los activistas gay han conseguido la ampliación de supuestos derechos en
la estructura social de varios países. Estos "derechos" incluyen el
reconocimiento social, cultural y jurídico que regula la relación y
convivencia de dos personas del mismo sexo, con iguales requisitos y
efectos que los existentes para los matrimonios, es decir, las
instituciones formadas entre dos personas de distinto sexo.
Según la
Real Academia Española, el matrimonio es la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.
Adopción de niños por parte de homosexuales
La adopción de niños es uno de los privilegios otorgados a los homosexuales que más debate y oposición ha suscitado.
Los niños son el resultado de la unión exclusiva de un hombre y
una mujer. El hecho de tener niños no es un aspecto inherente ni
característico de las relaciones homosexuales, tampoco es un hecho
natural incontrovertible e innegable. Por más que un hombre tenga sexo
con otro hombre, o bien, una mujer con otra mujer, no será posible la
concepción del embrión. La naturaleza sexual no estableció que los
individuos fuesen producto de las uniones homosexuales, y por la misma
razón tampoco estableció que fuesen criados por homosexuales. Si la
naturaleza hubiese querido que fuera así, los opositores a estos
privilegios no tendrían nada que discutir al respecto, sin embargo, en
razón de este único principio natural y evidente, la mayoría de la
sociedad rechaza la adopción gay. Gradualmente, a la vez que este
privilegio va imponiéndose y desarrollándose en la sociedad, van
apareciendo también sus consecuencias. En
España
se ha sancionado a aquellos jueces que han mostrado reticencia o no han
aprobado la custodia de los hijos habidos de otra relación a favor de
parejas homosexuales. Un ejemplo muy conocido de este tipo de acoso es
el derribo del juez Calamita en
Murcia, expulsado fulminantemente de la Carrera Judicial.
Homosexualidad y pederastia
Otro de los aspectos que ocupan al movimiento gay es el esfuerzo por
reducir la edad legal o de consentimiento para las relaciones sexuales
entre personas del mismo sexo, y por más que los sectores homosexuales
lo nieguen o lo ignoren, esto no deja de ser una triste realidad.
Un punto del debate al que no se le da demasiada publicidad es el tema de la
pederastia.
No pocos grupos de homosexuales quieren incluso lograr que sea
permitida la actividad sexual entre adultos y niños. Un estudio reciente
del
Family Research Council analiza los intentos para reducir la edad del consentimiento en diversas partes del mundo.
La APA ha afirmado cínicamente que
"Otro mito
sobre la homosexualidad es la creencia errónea de que los homosexuales
tienen una mayor tendencia a abusar sexualmente de los niños que los
heterosexuales. No existen pruebas de que los homosexuales tiendan a un
mayor abuso sexual de los niños que los heterosexuales".
Sin embargo, que los homosexuales tengan una mayor tendencia a
abusar sexualmente de los niños que los heterosexuales, no es una
creencia, es un hecho. La Dra.
Judith A. Reisman, profesora de investigación de la
American University
confirma que solamente el 9% de la población heterosexual, es
pederasta. En cambio la población homosexual pederasta alcanza el 60%.
[46]En otras palabras, el 87% de la población pederasta es homosexual, mientras que el 13% restante es heterosexual.
Desinformación y adoctrinamiento escolar
Centros de educación infantiles como las escuelas de
Massachussets y otras áreas de los
Estados Unidos
están adoctrinando a los niños de preescolar y de la escuela elemental o
primaria a equiparar las relaciones homosexuales a las del matrimonio
entre un hombre y una mujer. En España incluso, una organización llamada
"ONG por la No Discriminación", con el apoyo de la dibujante Luisa
Guerrero (autora del primer cuento infantil homosexual escrito en
español) y la presunta psicóloga Isabel Carmen Rodríguez García, se han
dado la tarea de elaborar cuentos infantiles con temática homosexual,
con el propósito de que desde temprana edad los niños perciban que la
homosexualidad sea una "variable natural y normal más en la diversidad
de los individuos de toda sociedad"
[47]. Esto sitúa a muchos padres, como
David Parker,
ante una posición realmente intolerable para ellos, pues no desean
entrar en particulares sobre la homosexualidad con un niño pequeño, y la
única solución para muchos de estos padres ha sido retirar a sus hijos
de esas escuelas y buscar otras alternativas.
[48]
La APA incluso reconoce que, en la mayoría de las personas, la condición homosexual se determina a una edad muy temprana.
[49]
La desinformación intencionada sobre la homosexualidad tiene el
propósito de elevar el porcentaje de homosexuales en la población,
causando un grave riesgo para la salud pública.
En marzo de 2007 apareció en Reino Unido una iniciativa
gubernamental que consiste en la distribución en las escuelas de libros
que abordan la homosexualidad, dirigidos a niños ingleses de entre 4 y
11 años. Entre los textos se encuentra un cuento de hadas donde la
principal figura es un príncipe que, luego de rechazar a tres princesas,
termina casándose con un hombre ("
Rey y rey").
El proyecto piloto lanzado en Inglaterra, es respaldado por 14 colegios
y una autoridad local. Según indicó el periódico dominical londinense
The Observer, se argumenta que
"los libros son necesarios para hacer que el concepto de homosexualidad sea normal para los niños". Grupos religiosos en el Reino Unido manifestaron su rechazo ante dicha iniciativa.
[50]
Legislación
Situación legal de la homosexualidad en el mundo
| Pena capital. | | Homosexualidad legal, sin uniones. |
| Cadena perpetua. | | Uniones civiles. |
| Pena mayor. | | Matrimonio homosexual. |
| Pena menor. | | Sin pronunciación jurídica. |
La homosexualidad es enormemente respetada en Occidente, debido a la
gran maquinaria propagandística de los medios de comunicación, así como
de la clase política gobernante en las naciones de cultura occidental
que justifican, apologizan y promueven la homosexualidad. Por el
contrario, fuera de Occidente, la homosexualidad es considerada un
delito en muchos países, con penas que van desde desde pequeñas
sanciones económicas hasta la
pena de muerte.
Por ejemplo, el código penal jamaicano prohíbe el sexo entre
hombres, al igual que en muchas partes del Caribe anglófono. El Artículo
76 de la Ley de los Delitos contra la persona prohíbe
"el abominable crimen de la sodomía",
bajo penas que llegan hasta los 10 años en prisión con obligación de
realizar trabajos forzados. El Artículo 77 estipula condenas de hasta 7
años en prisión por
intento de sodomía. El Artículo 79 prohíbe
"cualquier acto de escándalo público" entre hombres, ya sea en público o en privado, con condenas de hasta 2 años de cárcel, con o sin trabajos forzados.
La homosexualidad fue también delito en la
India, el principal país
hindú. El artículo 337 del código penal de la India, redactado en 1860 por Lord Thomas Macaulay, decía:
"Quien,
voluntariamente, tenga un contacto carnal contra el orden de la
naturaleza con un hombre, una mujer o un animal, será castigado con - la
prisión de por vida - o por un periodo que puede llegar a diez años, y
deberá pagar una multa."[51]
En
Uganda se estudia la implantación de una legislación que castiga las prácticas
homosexuales
con la pena de muerte en la horca, lo cual se transformó en un proyecto
de ley. No obstante, ante la reacción adversa de la comunidad
internacional, comenzó a estudiarse el rebajar la pena a cadena perpetua
[52][53].
El problema con la aplicación de esta ley sería que habrían pocas
ejecuciones si la gente no denuncia a los homosexuales, y una razón para
no hacerlo sería que la pena de muerte o cadena perpetua podría parecer
un castigo algo desproporcionado. Para resolver este inconveniente, el
proyecto incluye una pena de hasta tres años para las personas que sepan
de un acto homosexual, y que no lo denuncien a las autoridades en un
plazo de 24 horas
[52].
De esta manera se asegura el correcto cumplimiento de las normas.
Asimismo, para evitar el entorpecimiento de la aplicación de la ley, se
impondría una pena de hasta siete años para cualquier persona que
defienda los derechos de gays y lesbianas en el país
[52].
Sin embargo, ante la presión internacional, en mayo de 2011, el
gobierno resolvió posponer el proyecto. No obstante, aclararon que éste
puede ser volver a ser considerado más adelante
[54]. A pesar de ello, la homosexualidad sigue siendo ilegal en Uganda y se castiga con hasta 14 años de prisión.
¿Sabías que...
- ... según diversos estudios, existe una relación significativa entre homosexualidad y pederastia? Entre el 22% y el 60% de los homosexuales son o han sido pederastas.
- ... los movimientos gays
de varios países están intentando reducir la edad de consentimiento
sexual entre personas del mismo sexo hasta los 10 años (en Holanda ya
está en 12 años), así como legalizar el incesto?
- ... según estadísticas del gobierno de EEUU en 1992, entre el
17% y el 24% de chicos menores de 18 años son víctimas de abusos
homosexuales, comparado con el 0.09% de chicas víctimas de abusos por
heterosexuales? (Judith A. Reisman, American University)
- ... algunos psicólogos quieren que la pedofilia sea considerada un comportamiento normal? (Dr.M.Wertheimer)
- ... el diario METRO publicaba el 14/01/2005 que niños de la
calle en Barcelona ofrecen servicios sexuales a los gays en las zonas de
"cruising"? "... Son chavales, la mayoría inmigrantes de familias
desestructuradas..." (ver guía www.gayinspain.com : "en la plaza Sant
Miquel "suele haber algunos chavales". Al aire libre está la Plaza
Catalunya, donde "hay chicos que buscan protección").
- ... según el Journal of the American Medical Association, el 50% de los hombres enfermos de SIDA han tenido relaciones sexuales con un hombre adulto antes de los 16 años, y el 20% antes de cumplir los 10?
- ... según un estudio longitudinal publicado en 1997 en el
Journal of Orthopsychiatry (Golombok y Tasker), a la edad adulta, los
hijos criados por lesbianas tienen un 24% más de incidencia en relaciones homosexuales que los hijos de madres heterosexuales?
- ... la práctica homosexual reduce en 20 años la esperanza de vida, aumenta 5 a 10 veces el riesgo de SIDA, y que entre el 70% y el 78% de los gays aseguran haber tenido una enfermedad de transmisión sexual?
- ... las personas (adultos y jóvenes) con prácticas homosexuales
son más propensas a padecer enfermedades mentales (depresión, ansiedad,
trastornos de conducta), al abuso de drogas y a experimentar tendencias suicidas?
- ... la violencia entre parejas homosexuales es de 2 a 3 veces
más frecuente que entre las heterosexuales, y que las uniones
homosexuales, son significativamente más propensas a romperse que las
heterosexuales?
- ... la duración media de las relaciones homosexuales es de dos a
tres años y que, según la Federación Estatal de Gays y Lesbianas, los
homosexuales tienen una media de 39 relaciones con distintas personas a
lo largo de su vida?
- ... los movimientos gays
no practican la tolerancia que predican y reclaman, pues persiguen
judicial y mediáticamente a todo el que discrepa de sus ideas y
reivindicaciones, y niegan a los demás la libertad de expresión y de
acción?
- ... el Colegio Americano de Pediatras considera inapropiado,
demasiado arriesgado y peligrosamente irresponsable para los niños,
cambiar la tradicional prohibición sobre la paternidad de los
homosexuales, ya sea mediante adopción, tutela o reproducción
artificial? Esta posición está basada en los mejores datos científicos
disponibles. ¿Son estos los padres idóneos para adoptar a un niño?
Fuentes
- Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984
- Eastern Psychological Assoc. Convention, N.Y., Dr. Raymond A. Knight, 1991
- Journal of the American Medical Association, J. Wassermann et al., 1984, 1986
- Journal of Interpersonal Violence, W.L. Marshall et al., 1991
- Psychiatric Journal, University of Ottawa, J.W. Bradford et al., 1988.
Artículo de opinión
Aspectos médicos de la homosexualidad
(por el Dr. Antonio Pardo Caballos, nacido en Granada, 22 de
enero de 1955. Profesión: Médico. Cargos actuales: Profesor adjunto.
Presidente del Comité de Ética para la Experimentación Animal.
Subdirector del Máster en Bioética de la Universidad de Navarra.
Director técnico del Centro de Documentación de Bioética)
Departamento de Bioética, Universidad de Navarra
Artículo publicado en la revista Nuestro Tiempo, Julio-Agosto de 1995, pp. 82-89
Introducción
Recientemente, la homosexualidad ha sido objeto de varios artículos
científicos que la prensa ha difundido con titulares sensacionalistas
que no reflejaban adecuadamente la naturaleza de los hallazgos. En este
artículo intentaré clarificar lo que la Medicina conoce e ignora acerca
de la homosexualidad. Para explicar esta cuestión hay que reunir
conocimientos de neurofisiología, genética, educación, psicología y
ética.
La “homosexualidad” animal
Aunque quizá sea una simplificación, podríamos decir que es
homosexual la persona que, en su tendencia y comportamiento sexual,
muestra inclinación hacia personas del mismo sexo.
[55] Esta definición nos permite aclarar de entrada algunas cuestiones.
La primera es que, propiamente hablando, no existe homosexualidad
en los animales. Pero esto no implica que su conducta sea
exclusivamente heterosexual. De hecho, se ha observado que la conducta
sexual animal, al menos en los mamíferos más evolucionados, es muy
abigarrada: además del complejo control fisiológico de la reproducción
(especialmente hormonal),
[56]
en la conducta sexual animal intervienen factores conductuales
distintos a los meramente reproductivos. Concretamente, puede intervenir
el juego durante la edad juvenil (primates), o las conductas de
sometimiento a los machos dominantes durante la edad adulta (cánidos,
etc.). Además, la vida en cautividad, al suprimir muchos estímulos de la
vida silvestre, propicia una mayor frecuencia de conductas sexuales
entre individuos del mismo sexo, como bien saben los ganaderos.
[57]
Existe, por tanto, una interacción de varios impulsos instintivos y
circunstancias ambientales que terminan configurando el comportamiento
sexual animal.
Por razones de supervivencia, el instinto reproductor de los
animales siempre se dirige hacia individuos del sexo opuesto. Por tanto,
el animal nunca puede ser propiamente homosexual. Sin embargo, la
interacción con otros instintos (especialmente el de dominio) puede
producir conductas que se manifiestan como homosexuales. Tales conductas
no equivalen a una homosexualidad animal: significan que la conducta
sexual animal incluye, además la reproductora, otras dimensiones.
La conducta sexual humana
La conducta sexual humana es más compleja que la animal; aunque ésta
nos puede instruir acerca de algunos aspectos presentes en el hombre, en
éste hay elementos propios, inexistentes en los animales. Mencionaremos
los tres más relevantes.
El principal es que la conducta sexual humana (al igual que
cualquier otra conducta humana) puede ser objeto de decisión, puede
ponerse o no por obra. Una decisión así no está dentro de las
capacidades del animal: éste obra llevado por sus pulsiones instintivas y
las circunstancias ambientales.
[58]
Por esta razón, la conducta humana está en una permanente tensión entre
las tendencias y las decisiones. La educación humana no es, como en los
animales, domesticación (creación de condicionamientos que se apoyan
sobre los instintos), sino cultivo de la inteligencia y de la
afectividad que permite al hombre decidir libremente, de modo que pueda
resistir sus inclinaciones cuando le dificulten obrar bien, o
fomentarlas cuando le ayuden (piénsese en el control de la ira para
permitir la convivencia social o en el fomento del afecto maternal para
permitir la educación de los hijos).
El segundo elemento es la relativa independencia del hombre con
respecto al medio en que vive. Mientras que el animal depende de su
dotación íntegra física e instintiva para sobrevivir, el hombre puede
tolerar graves carencias físicas y tendenciales, pues cuenta con su
inteligencia para resolver los problemas que la vida plantea. Así,
mientras que cada animal se encuentra adaptado a un medio concreto, y no
puede sobrevivir fuera de él, el hombre se encuentra por todo el
planeta.
[59]
Por esta razón, los genes del hombre relacionados con la conducta no se
encuentran, como los de los animales, exquisitamente controlados por
las circunstancias externas. En el caso del hombre, las tendencias
innatas, ligadas a la dotación genética, pueden descabalarse hasta
cierto punto, sin que esto ponga a la especie en peligro de extinción:
la inteligencia suple. Así, en el terreno de la sexualidad, mientras que
un animal con un error instintivo en su conducta sexual no se
reproduce, el hombre con una inclinación innata no dirigida hacia el
otro sexo sí puede hacerlo, con lo que puede transmitir su dotación
natural alterada. Debido a este segundo factor (herencia no gobernada
exclusivamente por el ambiente) en el hombre puede haber verdadera
homosexualidad innata, que sería imposible en un animal.
Y, en tercer lugar, el desarrollo psicológico humano no consiste
en la simple interacción de inclinaciones innatas y decisiones libres:
interviene también la educación. En el terreno de la sexualidad, dentro
de la influencia educativa, debemos contar el desarrollo psicoafectivo,
en el que influye decisivamente el ambiente familiar. De hecho, se ha
postulado como una de las posibles causas de la homosexualidad
(psicológica en este caso) la existencia de psicopatología familiar
(madre hiperprotectora y padre indiferente, etc.)
[60]
Esta visión de la conducta humana como un conjunto integrado de
aspectos intelectuales, físicos y psicoafectivos no ha sido apreciada
debidamente a lo largo de la historia. De la homosexualidad se han dado
versiones excluyentes: espiritualistas (esa conducta es sólo fruto de
una decisión personal), biologistas (es sólo fruto de una dotación
genética o neuroanatómica peculiar), o culturales (essólo fruto de la
educación o de los condicionantes psicoafectivos). Cada una de estas
tres interpretaciones valora al homosexual de modo distinto. En el
primer caso, el homosexual es sólo culpable. En el segundo, es un títere
inocente de sus tendencias alteradas. En el tercero, ha sufrido, a su
pesar, una influencia externa negativa.
Sin embargo, cualquiera de estas interpretaciones resulta
simplista. La conducta del hombre no es resultado sólo de decisiones, ni
sólo de pulsiones innatas, ni sólo de hábitos inculcados, sino que es
resultado de una interacción compleja de estos factores: pulsiones
determinadas genéticamente y decisiones, ambas moduladas por la
educación recibida (incluyendo bajo este término tanto los aspectos
psicológicos como éticos). Ninguna consideración de la homosexualidad
que deje fuera alguna de estas facetas está en condiciones de
enfrentarse adecuadamente a los hechos: los malinterpretará y dará a los
homosexuales falsas soluciones a sus problemas.
El gen de la homosexualidad
Hasta hace poco, la interpretación intelectualista (la homosexualidad
es sólo fruto de una decisión) fue la más difundida. Quizá como
reacción, en tiempos recientes el acento se ha desplazado hacia lo
puramente biologista, y se ha comenzado la búsqueda científica de
diferencias genéticas o estructurales entre las personas homosexuales y
las heterosexuales. Ésta es una investigación plagada de dificultades,
ya que ha de tener siempre en cuenta el origen multifactorial de la
conducta humana.
[61]
Los hallazgos recientes y, sobre todo, los que más han cautivado a
la opinión pública, son los que asocian la conducta homosexual con
alteraciones de la estructura cerebral o de los genes.
El primero de estos estudios que se hizo famoso fue el de LeVay.
[62]
Su trabajo analizó el desarrollo de los llamados núcleos
intersticiales, cuatro grupos de neuronas de la zona anterior del
hipotálamo. Descubrió que, de los cuatro núcleos, el número 3 era menor
en los varones homosexuales que en los heterosexuales (ya era sabido que
es menor en mujeres que en varones). Sin embargo, este estudio no es
definitivo: el número de cerebros estudiado era pequeño, y casi todos
provenían de enfermos de SIDA. Queda por establecer si esa alteración
morfológica es un rasgo constitucional y no un efecto de la infección.
Además, aunque se demostrara lo primero, seguiríamos sumidos en la
ignorancia por lo que respecta a su significado: habrá que aclarar qué
tipo de conexión puede haber entre esa diferencia anatómica y la
tendencia sexual. De hecho, un trabajo reciente se ha cuestionado, con
bastante fundamento, si los núcleos intersticiales tienen que ver con la
inclinación sexual y si no sería más razonable investigar sobre otras
zonas cerebrales.
[63]
El otro estudio fue el realizado por Hamer,
[64]
que analizó la relación entre la orientación sexual de los varones y un
marcador genético del cromosoma X. Este autor, junto con su equipo,
investigó el árbol genealógico de 114 familias con algún miembro
homosexual, e intentó establecer una regla de parentesco entre los
miembros de tendencia homosexual. Al parecer, puede existir un factor
genético ligado al cromosoma X (del que los varones poseemos uno y las
mujeres dos). Para comprobar esta hipótesis, realizó, en 40 familias, un
estudio genético con un marcador de ADN específico para esa región del
cromosoma X, y encontró que existía relación entre la presencia de ese
marcador en el cromosoma X y el comportamiento homosexual.
Este estudio no significa, sin embargo, que se ha identificado el
gen de la homosexualidad: como hemos mencionado antes, dada la
complejidad de la conducta sexual, es muy improbable que la orientación
sexual masculina dependa de un solo gen. Este hallazgo es sólo una
prueba inicial de que existe un factor o factores genéticos ligados a la
homosexualidad masculina. Pero sigue sin saberse de qué gen o genes se
trata, o cómo influyen en la conducta. Y, como es evidente, el
conocimiento de este dato no nos pone en condiciones de tratar la
inclinación sexual alterada.
Por desgracia, estos datos no son suficientes para aclarar el problema
biológico que subyace a la homosexualidad. La cuestión es todavía
oscura, todas estas investigaciones están solamente en sus comienzos, y
no sabemos adónde podrán llegar. Como vimos anteriormente, la conducta
sexual es, desde el punto de vista biológico, resultado de una
interacción compleja de varias tendencias; por esto, el hallazgo de un
solo factor nos da muy pocas luces acerca de qué trastornos genéticos
(con las consiguientes modificaciones neurológicas, hormonales, etc.)
son causa de la tendencia homosexual, aunque es un camino para saberlo.
Sería necesario conocer además otros genes que orientan la conducta
juvenil de juego, la conducta de relación, etc.
Para colmo, en el hombre, estos estudios biológicos están
dificultados por su capacidad de decisión: por poner un ejemplo de otro
tipo, no toda alteración genética que determina una mayor agresividad
del varón (la trisomía XYY) produce conducta agresiva, porque el hombre
puede sobreponerse a sus inclinaciones. Se trata, en suma, de estudios
extraordinariamente difíciles, que no parecen tener respuesta clara a
corto plazo. De hecho, la sola existencia de distintos tipos
psicológicos de homosexuales, con predominio de la tendencia femenina de
sometimiento, o de la tendencia social de dominancia,
[65]
muestra la complejidad del problema: la homosexualidad no se puede
atribuir, sin más, a una sola causa, y menos a una sola causa biológica.
El papel del médico
A la hora de la atención médica, la homosexualidad plantea,
fundamentalmente, dos problemas, de los cuales uno tiene actualmente
enorme preponderancia: el SIDA, cuyas enormes repercusiones desbordan
las posibilidades de este artículo. El otro consiste en tratar las
alteraciones psicológicas de este tipo de personas.
[66]
Sin embargo, el médico no se enfrenta, ante estos pacientes, con un
mero problema psicológico (de ansiedad, etc.), no relacionado con la
conducta homosexual. Y esto merece una breve explicación.
La Medicina no persigue la felicidad del hombre. Ésa es una
cuestión de la que, tradicionalmente, se han ocupado la ética y la
religión: saber cuál es la conducta, libremente decidida, que lleva al
hombre a su plenitud humana. El médico se ocupa sólo de los aspectos
médicos de la vida humana: la salud y la enfermedad. El médico no es un
consejero moral.
Sin embargo, el médico, cuando intenta tratar a sus pacientes, no
puede hacer caso omiso de que son hombres, con capacidad de decisión y,
por tanto, con cuestiones morales en su vida, que, sobre todo en los
pacientes que acuden al psiquiatra, pueden tener una gran relación con
los trastornos psicológicos. Hay tendencias en psiquiatría, actualmente
bastante difundidas, que consideran éticamente irrelevante la conducta
del paciente en materia sexual. Consecuentemente, queriendo hacer
desaparecer el factor ético, han suprimido la inclinación homosexual de
los prontuarios de enfermedades psiquiátricas
[67] mientras que, paradójicamente, han dejado otras desviaciones de la tendencia sexual (paidofilia, voyeurismo, etc.).
Parece más coherente el siguiente modo de actuar: el médico,
cuando su paciente presenta un problema de homosexualidad, tiene
obligación de atenderle. No debe discriminarle en razón de su tendencia o
inclinación sexual: el médico se debe a todos sus pacientes por igual.
Ahora bien, esa igualdad de trato no significa indiferencia hacia el
estilo de vida que lleve el paciente. Porque el médico sabe que ese
estilo de vida puede tener relación muy directa con los problemas
psicológicos que aqueja el paciente. Reducir el problema a su dimensión
puramente psicológica es incompetencia médica.
La escuela psiquiátrica de Victor Frankl ha dado nombre al
enfoque que tiene en cuenta ese aspecto humano del paciente: la
logoterapia.
[68]
Su idea de fondo consiste en afirmar que la libre decisión de la
voluntad puede tener una influencia muy importante en la psicopatología.
Consecuentemente, no desdeña plantear al paciente un horizonte de
exigencia si ve que un enfoque humanamente inadecuado de la vida
personal es la raíz de sus problemas psicológicos. No es falta de
realismo que el médico plantee a su paciente el control de sí mismo y de
su tendencia hacia personas del mismo sexo. Del mismo modo que cabe el
control de la tendencia hacia el sexo opuesto en quienes no sufren una
perturbación de la tendencia heterosexual, debe abrirse la posibilidad a
este tipo de consejo en el caso de la homosexualidad. Plantear la
sexualidad como algo de ejercicio completamente irrefrenable resulta un
enfoque humanamente equivocado y poco realista. De hecho, lo normal es
que el hombre sea dueño de sus actos; ¿por qué excluir la sexualidad del
homosexual de esta ley general?
A veces, los problemas psicológicos que presentan este tipo de
pacientes se derivan de su falta de autocontrol. Indudablemente, la
vivencia de la tendencia hacia personas del mismo sexo ya resulta de por
sí bastante turbadora. Pero si a este factor se suma una práctica
desaforada de la sexualidad, la sensación de culpabilidad se acrecienta,
y es difícil mantener una estabilidad psicológica: se impone acudir al
médico. Por tanto, dentro de la atención médica correcta a estos
pacientes, debe figurar un intento de restablecer la confianza en sí
mismos, intento que pasa por proponer al paciente, de modo adecuado a
sus circunstancias, el control de su peculiar inclinación.
[69]
Referencias
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- ↑ Disruptores endocrinos: una historia muy personal y con múltiples personalidades
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- ↑ Cfr. Gelder, op. cit., p. 551.
- ↑
La homosexualidad, aunque sigue siendo objeto de un capítulo en los
libros de psiquiatría, no aparece en la última edición del DSM ni en el
CIE. DSM-IV ( Diagnostic and Statistical Manual of Me n tal Disorders.
Fourth Edition). American Psychiatric Association. Washington DC, 1994,
886 pp. CIE10 (Trastornos mentales y del comportamiento. Descripciones
clínicas y pautas para el diagnóstico). OMS, Madrid, 1992, 424 pp.
- ↑ Frankl VE. The Doctor and the Soul. From Psychotherapy to Logotherapy. New York: Vintage, 1986; 318.
- ↑ Lister J.Homosexuality and Prostitution. NEJM 1956; 254: 381-2.
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Enlaces externos
Si bien no estoy 100% de acuerdo con el artículo, porque no creo ni que pueda existir la posibilidad de que la homosexualidad sea innata, me parece un artículo bastante acertado y muchísimo más neutral que el de la Wikipedia. ¡Bien por la Metapedia, con ese casi excelente artículo!
Hoy más que nunca, burlémonos del día del "orgullo LGBT", porque eso NO constituye orgullo alguno, eso es algo VERGONZOSO y que debe ser eliminado de la faz de la tierra.
“Los hebreos son los principales impulsores de la sodomía reinante.”
¿Quiénes sino los hijos del diablo?
¡¡¡TODO ES HEBRAÍSMO!!!
LA SALETTE